Comunicadora, docente y madre.
Escribo desde Puerto Rico.

La pirámide de Aguada y otras crónicas

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En 1988, la reina de belleza, Glorimar Pérez Santiago fue asesinada cuando se dirigía a jugar tenis a la base Ramey de Aguadilla. Su cuerpo fue encontrado sin vida en la playa de Jobos, en Isabela, en un área boscosa, cerca de un complejo vacacional. Presentaba tres impactos de bala y estaba semidesnudo, por lo que se dedujo, fue objeto de violencia sexual.

Cinco años después del crimen, tres hombres de Aguada fueron convictos por este homicidio: Nelson Ruiz Colón, Nelson Ortiz Álvarez y José A. Caro Pérez. Desde el inicio del juicio, se decía que el caso se les había fabricado y que eran inocentes.

Glorimar Pérez Santiago. (Suministrada).

Durante el proceso emergieron testimonios y evidencias científicas muy contradictorias que favorecían a los acusados y creaban mucha duda en cuanto a la participación de esos jóvenes en ese crimen, pero a pesar de las contradicciones y dudas, el trío fue juzgado y sentenciado a prisión por el resto de sus vidas. 

Fueron 22 años de espera y lucha para Nelson Ortiz Álvarez, uno de los tres inocentes de Aguada, a quien un juez le concedió un nuevo juicio por el asesinato de la reina de belleza. Ya los tres hombres de Aguada duermen en sus casas, desde hace casi 10 años, sin embargo, una de las historias indirectamente relacionadas con este incidente, apenas se conoce.

Resulta que durante el tiempo en que su hijo estuvo cumpliendo injustamente su condena en la cárcel, su padre, -Nelson Ruiz- atormentado con las deudas legales y el agobio del proceso, se sumió en una profunda depresión. Decidió viajar a México, en busca de un cambio de aire.

Inspirado en la cultura maya, regresó a su natal Aguada donde replicaría una pirámide similar a las que visitó. En su finca de 170 cuerdas, Ruiz junto a su empleado, Miguel, construyeron la peculiar edificación, a modo de distracción, mientras esperaba la liberación de su hijo de la cárcel.

Ruiz decidió construir la pirámide al estilo maya en el 2009, debido a su fascinación por este tipo de arquitectura a base de piedra caliza y caracterizada por sus escalones empinados y sus templos en la cima. Junto a Miguel y el diseñador de la obra, tardarían dos años y medio en completarla.

En una entrevista con Primera Hora en el 2013, Ruiz expresó: “Visité la pirámide Chichén Itzá, la traje en mi mente y hablé con Emiliano que es ‘el arquitecto’. Le expliqué mi idea y empezamos”, relató don Nelson, un comerciante que logró el sueño de edificar esta estructura inspirada en las culturas pre colombinas.

“Arriba está preparada en dos etapas: la primera es con una especie de sarcófago y la otra con una bóveda pequeña”, acotó. Ahora, el plan es ubicar en la parte superior de la pirámide, las cenizas de Ruiz y su esposa cuando fallezcan.

Miguel y Noah en la finca Ruiz.

Ayer, visitamos la Pirámide de Aguada por primera vez y nos encontramos a Miguel trabajando en la finca. Amablemente nos permitió acceso a la pirámide e incluso que mi hijo, Noah (3), escalase hasta el tope de la edificación, por una escalera que construyeron en la parte de en frente.

Miguel nos contó que en el 2009, por encargo del dueño de la finca, pasaba a veces 12 horas al día recogiendo piedras del terreno y amontonándolas en el área donde posteriormente alzarían la pirámide.

La estructura tiene una medida de 28 pies por 28 pies y una altura de 20 pies. El primer nivel tiene un ancho de 30 pulgadas, mientras que los demás niveles tienen un ancho de 18 pulgadas.

Alrededor de la finca yacen caballos, bueyes y vacas que Miguel cuida y viven armoniosamente entre el valle de Aguada y la pirámide. Miguel siente orgullo por el trabajo que hace y nos quiere mostrar los animales. Con un llamado muy peculiar, nos enseña cómo se comunica con ellos y les alerta que se acerquen a comer heno.

Visitar la pirámide de Aguada es viajar en el tiempo y el espacio. Por una parte, el sol y calor boricua recuerdan que estamos en casa, aunque el diseño de la edificación y el espacio que la rodea, bien diría otra cosa. La calidez de Miguel en su recibimiento y escuchar la historia detrás de la pirámide, es razón suficiente para visitar este enigma y joya arquitectónica tan escondida, tan valiosa.

Una respuesta a “La pirámide de Aguada y otras crónicas”

  1. Avatar de Luis D. Paret
    Luis D. Paret

    Sorprendente e interesante el relato de la pirámide. El trasfondo histórico y las excelentes fotos dan una idea muy clara del lugar y dan deseos de visitarlo. Muchas gracias.

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